Esta etapa del viaje ha sido el mas largo trayecto en tren que hemos hecho: 24 horas seguidas. En un tren del tipo de los que estamos acostumbrados esto seria bastante cansado, pero los trenes en la India no son nada parecidos a los nuestros, asi que aqui es aun peor.
Imaginad que viajamos atras en el tiempo 50 anos. Vuelve la tercera clase a los trenes, con sus asientos de madera. La clase turista, en la que nosotros viajamos, consiste en un coche-cama dividido en compartimentos abiertos. En cada compartimento caben 6 personas en dos bancos frente a frente. Una litera superior hace las veces de techo-maletero encima de cada banco. Las ventanas son muy pequenas (como 50x70 cm) y enrejadas para evitar que nos escapemos. Esta es la composicion diurna. Cuando llega la noche el respaldo del banco se abate hacia arriba y se convierte en una litera intermedia entre el banco y la litera superior, de tal forma que donde antes se sentaban 6 personas en dos bancos ahora hay 6 literas, tres a cada lado.
El concepto "goma espuma de alta densidad" es desconocido en la India, por lo que la sensacion al sentarse en el almohadillado banco es muy parecida a la de sentarse en la madera directamente. Si a esto anadimos el agradable tapizado en skay (el mejor material para sudar en verano), ya teneis una idea de donde hemos pasado un dia entero.
A pesar de que pueda parecer una tortura, en realidad viajar en tren en la India es una experiencia muy recomendable. Es totalmente distinto a cualquier otro tipo de viaje.
Al entrar en el tren localizamos nuestros asientos (si, los asientos estan numerados) y tras colocar las mochilas en la litera superior nos sentamos.
No somos capaces de contar la cantidad de personas que desfilaron por delante nuestro compartimento en esas 24 horas. No solo companeros de asiento, que tuvimos unos cuantos diferentes, sino una ingente cantidad de vendedores que subian al tren en las multiples paradas que este efectuaba para ofrecer a los viajeros todo tipo de productos. Por ejemplo, estan los vendedores de te (chai), que en una mano llevan una tetera gigantesca y en la otra un cubo con vasos. Los hay que solo llevan vasos de plastico de los que te queman las manos y los hay muy refinados que llevan vasitos de barro. Tambien estan los vendedores de platanos. Y unos muy curiosos que llevan una bandeja con un surtido de arroces inflados, frutos secos, y algunas verduras (cebolla, pimiento) y te hacen una mezcla con todo eso que esta riquisima, y te lo sirven en una magnifica bandeja hecha con un trozo de periodico. Otros venden pasatiempos y juegos para ninos, otros llevan pepinos que pelan con asombrosa rapidez usando un pelapatatas, le pegan tres cortes con destreza y le echan dentro una mezcla salada para darle mas sabor. Esta tambien el vendedor de huevos duros. Todos ellos anuncian su mercancia con una tonadilla caracteristica. El TOP number one de las tonadillas se la lleva el de los huevos (con perdon) que cantaba algo asi como "biom boy, carambiiiii", que sonaba como si se te fuera a caer el huevo y rebotara.
Aparte de los "comerciantes" (llamemoslos asi), tambien estan los que pasan pidiendo dinero, algunos de ellos ofreciendo algun servicio. Por ejemplo, los limpiadores de botas, o unos ninos que cantaban (no lo hacian mal) y luego pedian alguna rupia. Los que mas lastima nos daban eran unos ninos de no mas de 6 anos que entraban con una escoba hecha con ramas secas, y limpiaban el suelo del tren dejandolo estupendo a cambio de algunas rupias. Al principio esto te da mucha pena, pero luego acabas comprendiendo que es su medio de vida, y que no hay ninguna otra alternativa para ellos. Eligen hacer algun servicio a cambio de dinero, lo cual es una mejor opcion que estar en la calle o robar.
En un momento determinado del trayecto paso el revisor pidiendo los billetes. Se los ensenamos y todo estaba perfecto: los asientos y el vagon eran los correctos. Pero el nos pregunto por nuestros apellidos y al no corresponder con los que tenia el en la lista empezo a decirnos que por que nosotros no eramos esos tipos. Le hicimos ver que no nos habian preguntado nuestros nombres al hacer la reserva, asi que no entendiamos de donde salian esos apellidos que el buscaba en su lista. Al final vino alguien del compartimento de al lado y hablo con el. No se que le dijo, pero nos devolvio los billetes diciendonos "ok, no problem". De todas formas durante un buen rato sigui pasando con su lista y mirando algo como si no le cuadrara, pero al menos a nosotros nos dejo en paz.
Como era un trayecto tan largo, la gente subia un rato al tren y bajaba unas estaciones mas adelante, por lo que tuvimos distintos acompanantes en nuestro compartimento. Por ejemplo, un senor de 87 anos que nos pregunto de donde eramos (la pregunta inevitable aqui para iniciar conversaciones) y al decirle que eramos de Espana nos pregunto infinidad de cosas que demostraba que era un hombre muy culto. Por ejemplo, que como se vivia ahora despues de Franco, que como era el Rey, y que que tal iba la democracia. El nos conto que habia luchado durante la guerra de independencia de la India, y se notaba que le gustaba mucho la historia. Era un hombre encantador y nos gusto mucho hablar con el.
Luego entro un matrimonio con una nina muy revoltosa. El padre tenia pinta de buena persona, y la mujer era bastante atractiva. El no hablaba casi nada de ingles, pero como le regalamos a la nina un pequeno juguete, el hombre no dejaba de ofrecernos cosas que tenia o que compraba a los vendedores.
A ultima hora de la tarde entro un tipo muy extrano, de hecho el padre de la nina nos hizo una senal de que no le hicieramos mucho caso. Este hombre extrano nos preguntaba un monton de cosas pero era imposible entenderle porque hablaba muy bajito, solo le veiamos gesticular y le contestabamos lo que nos daba la gana, por ejemplo, que eramos de Espana, y que ibamos a Calcuta, y el hombre se daba por satisfecho. Se fue al poco rato asi que no supimos nada sobre el. Quizas era un agente secreto de la compania ferrovioaria.
Unos chavales de uniforme verde pasaron durante toda la tarde preguntando si deseabamos cena. Claro que la deseabamos, pero no nos atrevimos a pedirla por no saber que tipo de cena seria. Cuando la vimos nos alegramos de haber hecho regimen durante este trayecto. No podiamos permitirnos el lujo de comer algo y que necesitaramos urgentemente ir a un servicio. Preferimos no describiros el estado de los del tren, pero dicho estado justificaba nuestra precaucion y consiguiente ayuno durante las 24 horas de trayecto.
Al llegar la noche (las 8 y media aprox) el padre de la nina nos dijo "sleeping?", que nosotros interpretamos como que se queria acostar. Como el banco donde estabamos sentados era la litera inferior y el respaldo era la litera intermedia (que eran sus camas), esta claro que nos tocaba mover ficha. El nos propuso que nosotros nos fueramos a las dos literas superiores, y aceptamos, por lo que nos encaramamos arriba.
El espacio entre la litera y el techo del vagon es tal que no cabes sentado, pero a nosotros nos gusto la idea porque arriba nos podiamos aislar mas y evitar que alguien pudiera robarnos la mochila mientras dormiamos (que segun nos han contado no seria el primer caso). Una vez tumbados en la litera superior teniamos a un lado una reja que nos separaba de la litera contigua y al otro lado tres enormes ventiladores de la epoca colonial que a esta corta distancia impresionaban. Unos magnificos tapones de oidos nos aislaron del sonido del tren y del de los ventiladores, y usando las mochilas como almohada dormimos magnificamente bien casi de un tiron.
A las 5 de la manana a alguien de "los de abajo" se le ocurrio dar la luz y se jorobo el invento, ya que a partir de esa hora nos dormimos solo a ratos. Pero nos levantamos muy descansados y con la sensacion de haber dormido bien, algo que no esperabamos.
El paisaje que se veia durante las horas de dia del recorrido era constantemente verde: campos de arroz, pueblos, arboles, y una puesta de sol preciosa.
Hacia la una de la tarde llegamos por fin a Calcuta, a la estacion Howra.
La estacion estaba llena de gente, de hecho nos cuentan que hay gente que vive en la estacion o sus alrededores. Muchos esperan su tren sentados en el suelo pero de forma ordenada, se ve mucho mogollon de gente pero no miseria. Esperabamos algo peor. Pero viniendo de Sunauli esto nos parecia bastante mas limpio y organizado.
Al salir, cogimos un taxi de entre el mar de ellos que habia a la salida y nos dirigimos hacia la zona llamada New Market, donde estaba el hotel al que queriamos ir.
sábado, septiembre 09, 2006
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