jueves, agosto 19, 2004

Aduanas surrealistas

Que ilusos fuimos al reirnos de la frontera entre Tailandia y Camboya! Comparar aquella con esta que cruzamos hoy es como comparar el Mount Sinai Hospital de Nueva York con la ventanilla para pedir cita del ambulatorio de la esquina.

La salida de Camboya estuvo a la altura de la entrada en el pais. Asi que no nos alargaremos con detalles innecesarios. Para haceros una idea, podeis releer las aventuras noveladas del dia 14. Pero, que desilusion la entrada en Vietnam! Al principio, tan solo nos cruzamos con un funcionario de inmigracion en lo mas parecido a la caseta del guarda de una urbanizacion privada. Tras mirar de mala gana nuestro pasaporte y el visado de entrada, nos hace senyas de que sigamos adelante. Eso es todo? Ni siquiera un sello? No podia ser tan facil.

Y, efectivamente, no iba a ser tan facil. Doscientos metros mas alla nos esperaba una casa de hojalata en la que el Departamento de Inmigracion de Vietnam nos tenia preparada toda una demostracion de ingenieria de procesos: Cola para recoger los formularios de inmigracion y aduana; cola para entregar el formulario de inmigracion; cola para recoger el pasaporte una vez estampado oportunamente; cola para entrega del formulario de aduanas y pase de las mochilas por rayos X (podiamos llevar los bolsillos cargaditos de granadas porque a nosotros no nos miraba nadie): cola para... que nos certificaran salud perfecta para entrar al pais! Tras una pequenya tasa de 20 pesetas, dos medicos (?) sin siquiera mirarnos a la cara nos certifican sanos, o, al menos eso creemos, puesto que no hubo explicacion al respecto y este formulario solo estaba escrito en Vietnamita; y por ultimo, cola para que otro funcionario valide que hemos pasado por todas las casillas del tablero y por orden correcto. No esta mal, verdad?

La tarde, visita obligada a Saigon, tormenton de verano, comprillas de poca monta y comida en el suelo en los sitios tipicos del lugar. Si en esta no caemos... somos ya imparables.

Manyana, vamos a CuChi. Con acento en la i, que si no suena un poco a p...club y por aqui no hay que dar malos entendidos. Ya os contaremos porque se hizo tristemente famoso ese lugar.

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